jueves, 27 de noviembre de 2008

Al atardecer...

...Venus es una fuente inagotable de deseos. Refulge con una luz que algunos ojos llamarán incluso «verde». Su belleza magnética traspasa, como era de esperar, el espacio vacío y se clava en nosotros como una flecha (o así lo siento yo). Júpiter, su pretendido padre, anda por detrás, cabizbajo, a sus espaldas y por encima. Es el más fuerte pero sabe que no puede competir con ella. ¿Qué hace? ¿La protege frente a posibles agresiones? ¿La vigila, ignorante de que Marte no anda ahora por estos lugares? No. Me temo que se ha enterado de que no es su hija y está concibiendo el ataque sin perderla de vista. Sinvergüenza.

Pero ella se escapa como una corza y se escabulle tras el horizonte. Por eso no es fácil verla, a menos que subáis a una azotea, una colina, un cimborrio o un pináculo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Taboulé



Ingrediente A. El cous cous. Hervid agua y echadla sobre los granos de trigo machacados en proporción de un vasito y medio por cada vasito de cous cous.

Ingredientes B. Tomate, cebolla, pimiento, aceitunas negras, pepinillos (o pepino) y unas pasitas, por ejemplo.

Ingrediente único. La masa grasa: preferiblemente aceite de oliva del bueno.

Ingredientes C. Un buen chorro de limón, una porción de perejil bien picado, unas hojitas picadas de hierba buena, pimienta y sal a gusto del consumidor; como nota autóctona, recomiendo utilizar una especia árabe que venden en algunos supermercados. En su ausencia, valen unos cominos molidos.

1. Trocea y mezcla con paciencia y tino los ingredientes B. Mézclalos con la mitad del ingrediente único. Añade algo de sal.

2. Mezcla los ingredientes C y añade la otra mitad del ingrediente único.

3. Vierte esta última mezcla sobre el cous cous una vez que este ha absorbido el agua y se ha templado.

4. Combina la ensalada preparada a partir de los ingredientes B con lo anterior. Mezcla bien todo.

5. Si lo dejas reposar unas horas el sabor de los ingredientes se hace envolvente y se cierra sobre sí mismo. En tales circunstancias, el taboulé puede resultar incluso impactante.

¿Proporciones? Las que os den vuestras buenas entendederas. Ya sabéis que para preparar un arroz a trescientos soldados no tenéis que medir trescientos platos de arroz, ¿verdad? Si no lo sabíais, andaos con cuidado.

Se come con las manos, que para algo hemos estudiado.